Las bodas en primavera y verano piden tierra, haces de sol, brisa. Siempre que la canícula lo permita (aunque en Villa Laureana contamos con nebulizadores capaces de contener la lengua de fuego más abrasadora), una boda al aire libre es algo especial. Se parece, de hecho, a la idea de boda soñada, tantas veces vistas en las películas, y en Villa Laureana estamos dispuestos a hacerlo realidad para vosotros.
Para ello, te proponemos una finca en concreto, de los cinco espacios disponibles en Villa Laureana, cada uno con sus atractivos y atmósferas particulares. En este caso, el de tu gran boda campestre, hablamos del espacio Boho.
¿Por qué deberías casarte en Espacio Boho?
Porque es un lugar estupendo para tu boda campestre, no en vano presume de disponer de los jardines con más encanto de toda Villa Laurena. Se trata de un pequeño oasis natural cargado de diversos rincones de ensueño, que los amantes de la naturaleza y los espacios abiertos sabrán apreciar con especial gratitud.
Podrás celebrar ahí tanto la boda civil, si es así vuestro deseo, como el banquete. Su amplia extensión permite la disposición de cuantas mesas necesitéis, así como espacio para la orquesta, el baile y los eventos que allá programéis. Porque no hay reglas estrictas para la organización de una boda, al revés, es el reino de la imaginación: y si queréis ofrecer el recitar de un violinista como colofón a un discurso sentido de los novios, tras los postres, el espacio Boho es uno de lo más indicados para este tipo de propuestas.
Un lugar que invita a atreverse con una decoración especial, como veremos en el siguiente epígrafe.
¿Cómo es la decoración de una boda campestre?
Para la ceremonia, siempre triunfan elementos como el arco natural, con sus ramas y flores silvestres entrelazadas, así como alfombras de pétalos o cualquier otro tipo de tapiz floral elaborado a mano. Requiere trabajo, sí, pero el resultado merece la pena. No hace falta que esté presente en todo el recinto, pero bien puede servir para engalanar el pasillo hasta el altar o la mesa nupcial.
La decoración floral cobra aquí especial importancia, pues un espacio al aire libre como este se presta a que la naturaleza gane en protagonismo. ¿Cómo? Podemos empezar con guirnaldas de flores, tanto para decorar mesas, como arcos y barandillas, tanto con guirnaldas de flores frescas o artificiales. También podemos añadir arbolitos tipo ficus, o las plantas grandes de maceta que más nos gusten, junto a cada mesa, para crear así un marco más exótico.
Y ya sentados, centros de mesa rústicos: jarrones de cristal, botellas vintage o cubos de zinc con flores silvestres. Ese toque industrial le da un aspecto moderno, desenfadado, muy a tener en cuenta. Sobre todo si queremos huir de cierta impronta ‘cuqui’ que prolifera en las bodas.
Pensemos en el frasco de perfume de Jean Paul Gaultier, es decir, en la lata que lo protege, y cómo lo industrial también puede ser elegante e incluso glamouroso. Es más, los espacios de co-working más modernos y cools apuestan por esta estética directa y urbana. No tengas miedo a incorporarla, tanto si queréis una boda friki como una solemne como de novela de Lampedusa.
Lo mismo aplica para el estilo decorativo con el que la pareja se sienta identificada. Para ello, la figura de un wedding planner puede ser de gran ayuda, no tanto para definir el concepto, que también, como para conseguir aquellos elementos que precisa la decoración que habéis elegido.
¿Por qué no una boda de estilo regional, andaluza, vasca, gallega, sea cuál sea vuestro origen, con los elementos propios de vuestra patria chica?
Ideas que no falten. Y ganas y amor. Organización y experiencia la ponemos en Villa Laurena. ¿Queréis casaros con nosotros?