Un banquete de bodas no merece tal nombre si no ofrece un catering a la altura. Queremos mucho a los novios, estamos ilusionados, queremos comentar el vestido de ella, el traje de él, la ambientación, la decoración floral, la magia del lugar elegido, pero también queremos comer bien.
Este pensamiento es común al 99% de los invitados, por lo que es importante tenerlo en cuenta a la hora de planificar nuestra boda. En Villa Laureana lo sabemos y por eso te ofrecemos las mejores opciones para que dispongas de un catering de categoría que deje el mejor sabor de boca posible, con el menú perfecto para todos.
¿Cómo elegir un buen cátering de bodas?
Conviene destinar tiempo para el tema del catering. Ir más allá de la prueba de menú y pensar bien qué se quiere ofrecer, qué concepto seguir, qué sensaciones provocar. Seguir estos pasos te ayudará a diseñar el catering de tu boda:
- Elige a buenos profesionales. Déjate asesorar. En Villa Laureana contamos con nuestro propio servicio de catering, pero si quieres elegir uno de tu confianza, no te pondremos pegas. En cualquier caso, lo fundamental es dar con profesionales que cuenten con buenas referencias, años de experiencia y trabajen con los mejores productos y materias primas. Y que ofrezcan también tranquilidad en la cuestión que se detalla más abajo: no queremos indigestiones en una boda sin ningún tipo de complicación por beber un pisco sour, por ejemplo, que provoque una posterior salmonelosis.
- Reunión inicial con el servicio de catering. Se hablarán de las preferencias gastronómicas de los novios y del tipo de menú que se quiere servir en la boda, ya que este puede ser más clásico, fusión, exótico, ligero, contundente, ligado a la cocina local o más internacional…
- Aspectos técnicos. La parte menos vistosa pero necesaria en la elaboración de un menú y que tiene que ver con restricciones dietéticas, intolerancias alimentarias, alérgenos, oferta alternativa para veganos, etc.
- Presentación atractiva. La presentación de la comida es crucial. Además de garantizar unos platos que ofrezcan en sí mismos una explosión de sabor, una buena presentación termina por culminar la experiencia. Así, la vajilla, el tipo de plato elegido, es un elemento clave en la presentación.
- Servicio de calidad. Un buen catering se caracteriza por lo rico de sus platos, por la buena presentación (vajilla, cristalería, centros de mesa, manteles, etc.), pero también por la profesionalidad de sus camareros y camareras, así como de los cocineros si hay elaboración in situ. Contar con profesionales que conocen a la perfección los protocolos y que se dirigen con educación, amabilidad y solvencia a los comensales aportarán también un indiscutible nivel al banquete.
También es importante cuidar la sección líquida, espirituosa o como prefieras llamar a la cuestión de bebidas para tu boda. La elección de los vinos también marcará la pauta, pero también los aperitivos iniciales. A este respecto, puede ser una buena idea contar con un rincón o estación propia donde se sirvan distintos aperitivos del gusto de los invitados, desde Aperol Spritz, a distintos tipos de vermú o cervezas artesanales.
Ah, y no conviene olvidarse de las bebidas de postre, esas grandes olvidadas. Hay vida más allá del licor de hierbas y el pacharán. De hecho, los vinos dulces, como el de Pedro Ximénez, o el delicioso vino naranja de Huelva, te harán maridar los postres a la perfección, dándole a esta parte del menú la altura que se merece.
Tipos de catering para una boda
Como en todo, el tamaño importa. Y no es lo mismo el catering para bodas pequeñas que el catering para bodas grandes. En una boda pequeña, podrás destinar más tiempo y atención a los detalles, a ofrecer menús más personalizados, llevando al punto de preguntar casi comensal por comensal qué quiere comer, o qué le gustaría comer. También permite menús más sofisticados, con recetas más complejas y elaboraciones más lentas (pescados a baja temperatura, por ejemplo), así como salsas más ambiciosas.
El catering de grandes eventos suele ser más sota-caballo-rey, y requieren de una logística y elaboración mayor. Es importante, en este último escenario, cerrar bien el presupuesto para evitar sustos de última hora, así como hacer una previsión realista de las necesidades que se van a cubrir.
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